20 dic 2010

No tengo un Flavin pero tengo una Fanaholm



La Comisión Europea acaba de equiparar las obras de Flavin y Viola con los apliques del Ikea.

Sí, así de cómico y de trágico.

La susodicha Comisión describe una obra de Flavin "con las características de los aparatos de iluminación... y por lo tanto debería ser clasificada ... como aparatos de iluminación de la pared". En lo que se refiere a Viola, el documento dice que las instalaciones de vídeo y sonido no pueden ser consideradas esculturas "ya que no es la propia instalación la que constituye una obra de arte, sino el resultado de las operaciones (el efecto de luz) llevadas a cabo por ella".

Todo este lío se ha organizado a cuenta de los gastos de IVA y aduana gravados sobre las obras de arte. Claro, una obra de arte tiene un gasto de un 5% frente al 20% que se aplicaría en caso de ser considerado un objeto de iluminación.

Esto significa que a partir de ahora las galerías y casas de subastas tendrán que pagar el IVA máximo, así como los gastos proporcionales de aduana sobre las obras de vídeo y esculturas de luz cuando estas sean importadas desde fuera de la UE.

Todo esto no es nuevo, ya viene de atrás. En 2008 la galería Haunch of Venison ganó la demanda impuesta a las autoridades aduaneras después de que estas se empeñaran en aplicar a 6 obras de Viola una tasa correspondiente a objetos no considerados como arte. Ahora la Comisión revoca la decisión tomada en 2008 por un tribunal de impuestos de Reino Unido.

Deben ser cosas de la crisis.

Pero no tenemos que ser mal pensados. Esto no es producto de la desinformación ni del afán recaudatorio, no.

¡Tenemos que agradecerle a la todopoderosa Comisión que nos haya iluminado! (y nunca mejor dicho).

Es que estamos tontos, de verdad. Mira que no habernos dado cuenta de que una obra de Flavin sólo lo es si está encendida.

¡Claro! Si está apagada no es arte, es un aplique.

3 comentarios:

  1. jajajajjajajajajaja, me encanta querida!

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  2. Hombre, un poco de razón tienen los aduaneros. Yo es que creo que habría que cobrarles un 20% a todas las exposiciones, sean de cuadros o de envoltorios de congelados.

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  3. Estoy completamente de acuerdo contigo, Cónsul. La idea de gravar con más impuestos las obras de arte no me molesta. Lo que me molesta es que a falta de recursos imaginativos decidan que lo más fácil es no considerarlas objetos artísticos para poder cobrar más dinero en las aduanas.

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